11 abril 2014

Algo huele a azufre en la industria más contaminante

Pablo Elorduy- Diagonal Periódico

Cuando Petronor instaló su planta de refinado de coque en dominio público marítimo-terrestre en el municipio de Muskiz, la Ley de Costas establecía que el silencio administrativo no autorizaba la operación, es decir, que sin autorización expresa no se podía comenzar la instalación de esta planta que extrae gasoil de la basura petrolífera. La coordinadora Anti Coke de Muskiz ha ganado en primera instancia la demanda sobre las licencias otorgadas a la planta en 2009 para el refinado, aunque fuentes de esta plataforma comentan que será difícil que se revoquen estas licencias, que fueron otorgadas cuando el apoyo del PNV a los presupuestos generales de un PSOE con mayoría simple estuvo ligado a la apertura del semáforo para Petronor. Esta empresa, que pertenece en un 85% a Repsol, estaba presidida entonces por Josu Jon Imaz, hoy presidente del Ente Vasco de la Energía y exdiputado del Partido Nacionalista Vasco. Dos años después, Repsol fichaba a Melchor Gil, vicesecretario general del PSE de Vizcaya y cuñado del exlehendakari Patxi López.



Sara Begoña Ibañez, médica de Muskiz, ha hablado con DIAGONAL de los frentes abiertos contra el régimen casi feudal de que disfruta Petronor, que durante 35 años ha funcionado sin licencias de actividad. “En uno de los juicios hubo una batería de preguntas sobre morbilidad y mortalidad, anomalías congénitas y esterilidad, y las respuestas de la directora de Salud Pública del Gobierno vasco fueron ‘deliberadamente esquivas’ según el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco”, explica Ibañez.

El polideportivo de Muskiz está pared con pared con las instalaciones de la refinería, y la población de este municipio semi rural respira el aire de una ciudad de varios millones de habitantes a lo que se suman los vertidos de espuma y de cenizas y las exposiciones agudas a benceno, denunciadas por el Ararteko, defensor del pueblo vasco. Ibañez explica que el efecto empleo tampoco es un factor, ya que la localidad ha multiplicado por tres el número de personas en paro, de 235 a más de 700, y el pequeño comercio atraviesa una profunda crisis. Esta planta del antiguo valle de Somorrostro registra picos de benceno, declarado cancerígeno por la Agencia Internacional para la Investigación, así como tolueno y xileno, con efectos sobre el tracto respiratorio y gastrointestinal.

La planta de Petronor es, además, responsable de más de un 20% del total de emisiones en la Comunidad Autónoma Vasca por sectores fijos, que son los que se generan en la industria y la generación de energía. Es cierto que el dióxido de carbono no tiene efectos sobre la salud, pero estas emisiones raras veces vienen solas. Las plantas que más gases de efecto invernadero emiten a la atmósfera emiten otra serie de compuestos, metales y partículas cuyos efectos pueden causar problemas respiratorios, cáncer y malformaciones. La pésima noticia es que, como sucede en Muskiz, apenas hay estudios de mortalidad y morbilidad específicos de las áreas con las plantas más contaminantes del Estado español, y los que hay son preocupantes para las personas que viven alrededor de térmicas, refinerías, cementeras, incineradoras e industrias pesadas. El 25 de marzo, la Organización Mundial de la Salud hacía publicas unas estadísticas que establecen que la muerte de una de cada ocho personas a nivel mundial está relacionada con la exposición a ambientes contaminados.

Olor a azufre

La central de generación de carbón Litoral de Endesa en Carbone­ras, Almería, encabeza el ranking en Andalucía y es la tercera a nivel estatal. A las emisiones de CO2 –más de 5.000 millones de toneladas anuales de media– se le suma la emisión de azufre, un no metal que influye en que la térmica cause 111 muertes prematuras al año, según un estudio del Centre for Research on Multinational Corporations de 2012 sobre la huella del carbón de Enel, grupo al que pertenece Endesa.

En enero de 2014, la Comisión Europea echó para atrás el programa español para la reducción de la contaminación industrial, entre otras razones porque la emisión de dióxido de azufre de As Pontes en A Coruña supera los límites marcados para 2016, al igual que la de Carboneras. Otras cuatro están por encima de los techos de emisiones de óxido de nitrógeno. En Cubillos del Sil (León), donde se asienta la central de Compostilla, también se superan los valores límites de azufre, pero eso no ha sido suficiente para que el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León revoque la autorización a la actividad de Endesa.

Fuctuoso Pontigo, del Colectivo Ecologista de Avilés, ha explicado a este periódico que en la zona central asturiana, “todos los días del año se superaron los umbrales de protección de la salud en partículas Pm10”, partículas sólidas o líquidas que pueden causar mortalidad prematura y tienen efectos sobre los sistemas respiratorio y cardiovascular. En Castrillón, el límite de contaminación por óxido de nitrógeno establecido por la Organización Mundial de la Salud se superó 293 veces en 2013. En el caso del azufre las concentraciones se sobrepasaron 117 días, según el Colectivo Ecologista de Avilés, que explica que hay una carencia de estudios sobre mortalidad y morbilidad en esta zona del Principado, donde se apiñan gasificadoras, incineradoras, cementera, etc., además del complejo que más CO2 emite de todo el Estado, el de Aboño, que es propiedad de HC Energía, a su vez parte de Energías de Portugal, empresa cuyo accionista mayoritario es el Estado chino.

El patrón de la industrialización en la salud

Gonzalo López Abente, responsable del estudio ‘Atlas municipal de mortalidad por cáncer en España 1989-1998’, del Instituto de Salud Carlos III, determinó que la incidencia de los casos de cáncer en Asturias, Huelva, Cataluña o País Vasco “siguen el patrón de la industrialización en España”. El último mapa de la situación del cáncer en España de este instituto dependiente del Ministerio de Sanidad muestra concentraciones de 1,3 casos por encima de la media de España en las zonas más industrializadas de los polos industriales de Huelva y el Campo de Gibraltar.

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